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Nuestra historia
Centro Ecológico El Huizache
Dos jóvenes estudiosos con ansias por la enseñanza, se cruzaron en sus estudios universitarios. El C.R.E.N.A. fue la cede de su amor. Entre tareas, el estudio y las clases, una chispa empezó.
Carlos, un joven de 18 años que ansiaba convertirse en veterinario, terminó por matricularse en la licenciatura de Educación Primaria en Aguascalientes. Yolanda, una joven de 18 años que terminó por matricularse en la licenciatura de Educación Primaria en Aguascalientes, al igual que Carlos.
Muchas cosas pudieron haber pasado, y sin embargo, Carlos y Yola se convirtieron en compañeros de clase en el C.R.E.N.A. Muy pronto se hicieron amigos, al coincidir en tener ideas similares en cuanto a la educación, y al no querer conformarse con la idea de ser maestros convencionales. Sí, la pedagogía les fascinaba, materias básicas les gustaban, pero no querían que la educación ahí concluyera. Existían animales, plantas, ecología, tanto material extra por enseñar, ante un sistema que los limitaba.
Carlos y Yola terminaron sus estudios aún siendo amigos. Saliendo como amigos, platicaban de sueños e ilusiones de una vida amigable con la naturaleza. Muchas pláticas y cafés pasaron entre los dos. No obstante, el empeño y la determinación de Carlos no claudicó ahí. Al año de egresados, al fin consiguió que Yola le diera el sí, y se hicieron novios. Dos años después se casaron.
En los próximos años tuvieron cinco hijos. Con la ilusión de ser padres tuvieron gemelos, los cuales murieron prematuramente. Carlos Antonio, su tercer hijo, resultó ser asmático, hecho que obligó a Carlos y Yola a plantearse hacer realidad el sueño que estuvieron hablando tantos años atrás. Ya no solo sería para ellos, sino también para ayudar a la salud de su pequeño.
Vendieron su casa para conseguir algo de dinero, y comenzaron a fincar una casa en el campo, en la comunidad de Norias de Paso Hondo, en Aguascalientes. Su vida dio un cambio total, se separaron de las comodidades de la ciudad. En sus comienzos ni un solo servicio tenían, no había agua, drenaje ni luz. Fue entonces que la vida por el sueño realmente comenzó: por la mañana asistían a sus trabajos como maestros, y por la tarde trabajaban en el campo por la consolidación de su sueño verde.
Teniendo ya todos los servicios, así como otros elementos necesarios, más se acercaba día a día ese estilo de vida sustentable que desde hacía años querían lograr. Una vez consolidado el lugar para ellos, se plantearon compartir todo lo que estaban haciendo, y así fue que empezó la Comunidad Ecológica El Huizache.
Coincidencias divinas pusieron las mejores personas y los mejores materiales para construir lo que hoy es el Centro Ecológico El Huizache. ¡Visítanos!